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12 el viento que haré venir
    es demasiado fuerte para eso,
porque yo mismo
    dictaré sentencia contra ellos».

13 ¡Miradlo avanzar como las nubes!
    ¡Sus carros de guerra parecen un huracán!
¡Sus caballos son más veloces que las águilas!
    ¡Ay de nosotros! ¡Estamos perdidos!
14 Jerusalén, limpia de maldad tu corazón
    para que seas salvada.
¿Hasta cuándo hallarán lugar en ti
    los pensamientos perversos?

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